Fenómenos atencionales.
- Gustavo Barroso Lic. en Psicología/Lic. Educación
- 4 abr 2015
- 18 Min. de lectura

La atención nos permite sincronizar nuestros procesos mentales con una fracción del flujo de inputs que recibimos a cada instante. En este sentido la atención actúa como un mecanismo de selección o de filtro. Los mecanismos de atención permiten seleccionar una fracción relevante de todos los mensajes concurrentes, y procesarla intensamente, mientras que el resto de la información (eventualmente irrelevante) quedará amortiguada y recibirá un procesamiento mínimo o nulo. La atención es, por tanto, un mecanismo de control activo que permite al procesador una toma de posición ante los inputs. Además del carácter selectivo, hay una segunda característica importante de la atención: se trata de un mecanismo de capacidad limitada. Si intentamos realizar simultáneamente dos tareas relativamente complejas, por ejemplo, la lectura de un libro y escuchar un noticiario radiofónico, probablemente encontremos serias dificultades. En general no podemos realizar efectivamente dos tareas complejas al mismo tiempo, y cuando lo hacemos, nuestros recursos atencionales limitados deben distribuirse entre ellas, produciéndose interferencias y bajo rendimiento. La atención se puede concebir como un mecanismo endógeno de alerta. La alerta es un dispositivo general del organismo para procesar información. Los estados de alerta se caracterizan por fluctuar considerablemente, presentado oscilaciones rápidas (alerta fásica) o lentas (alerta tónica). La alerta fásica es un estado transitorio de preparación para procesar un estímulo en una situación específica. Por ejemplo, en los estudios de TR existe una señal de aviso antes de presentar un estimulo (la voz “preparados”) y poco después (generalmente medio segundo) se presenta el estimulo ante el que los sujetos deben generar una respuesta. El periodo previo, es decir el intervalo entre la señal y el estímulo, genera un estado de alerta fásica. La alerta tónica supone cambios mucho más lentos en la disponibilidad del organismo para procesar estímulos. Una manifestación típica de ésta son los ritmos diurnos. A lo largo del día se da un incremento del rendimiento, al menos en tares de TR, de modo que es inferior en las primeras horas de la mañana y se incrementa de modo constante hasta las últimas horas de la tarde. Quizás la alerta tónica sufre cambios también a lo largo de la vida del individuo, y de ahí la lenta y continua caída del rendimiento en tareas de TR en los individuos adultos a medida que pasan los años. Las variaciones de alerta tónica probablemente de mayor interés psicológico tiene lugar cuando los sujetos realizan tareas de vigilancia en las que presenta algún estimulo de modo repetitivo y a gran velocidad. Ejemplo: el fenómeno subjetivo de aburrimiento puede tener relación con una caída de la alerta tónica como consecuencia de una tarea monótona y repetitiva. Para un rendimiento óptimo del procesador se requiere una cierta variabilidad o novedad en la estimulación ambiental que mantenga relativamente estable el estado de alerta del sujeto. La atención es un sistema de capacidad limitada que realiza operaciones de selección de información y cuya responsabilidad o estado de alerta fluctúa considerablemente.
Atención y conciencia
La psicología cognitiva ha terminado por recuperar la idea de conciencia, que se considera como correlato subjetivo de los procesos atencionales (Broadvent, 1958; Shallice,1972). La mayoría de los modelos teóricos que presentaremos son elaboraciones mecanicistas basadas en datos conductuales y no de informes introspectivos; sin embargo, las alusiones a la experiencia consciente de los sujetos resultan a veces inevitables. Por ejemplo: cuando un sujeto recibe simultáneamente dos mensajes verbales y atiende selectivamente a uno de ellos, se manifiesta en ciertos índices objetivos de rendimiento, pero también resulta natural hablar de que el sujeto es consciente de uno de los mensajes (el seleccionado), ya que su experiencia subjetiva de éste es evidentemente muy distinta de la del mensaje rechazado. Los mensajes controlados son operaciones realizadas bajo control voluntario del sujeto, que requieren gasto de recursos atencionales y que el sujeto percibe subjetivamente pudiendo dar cuenta de ellos al experimentador. Los procesos automáticos son en cambio operaciones rutinarias sobre aprendidas que se realizan sin control voluntario del sujeto, no utilizan recursos atencionales y en general el sujeto no es conciente de su realización. Por tanto, queda claro que el estudio de la atención, pese a que la metodología empleada no es introspeccionista, está muy relacionado con los fenómenos de la conciencia. Dicha relación probablemente no es de identidad sino de concurrencia. La atención sería el fenómeno subyacente a una serie de rasgos conductuales cuantificables y al fenómeno experiencial de la conciencia.
Atención y memoria activa
Actualmente se ha producido una convergencia de los estudios de la memoria basados en la concepción multi-almacén y las teorías de la atención. El punto de convergencia se sitúa en los mecanismos de memoria a corto plazo o memoria activa. Memoria a corto plazo (MCP) se consideraba como un espacio de trabajo de capacidad limitada en donde se ejecutan procesos de control y coordinación propios del pensamiento, tales como resolución de problemas aritméticos, razonamiento verbal, etc.
Modelos de filtro
Las primeras investigaciones se basaron en experimentos con mensajes dicóticos (Cherry, 1953; Broadbent, 1958). Los sujetos recibían simultáneamente dos mensajes verbales (uno en cada oído) y el experimentador tomaba ciertas medidas para que el sujeto atendiese a uno solo de los mensajes. Los resultados habituales en estos experimentos muestran un recuerdo bueno del mensaje atendido, y una ausencia total de memorización del mensaje no atendido. Uno de los mecanismos básicos del carácter selectivo de la atención es el filtro o selector de información, que seleccionaría uno solo de los mensajes que alcanzan los receptores y rechazaría todos los demás.
Modelo de filtro rígido (Broadbent)
Aportaciones experimentales: El prototipo de experimentos que interesaba a Broadbent consiste en la presentación simultanea de dos mensajes verbales de forma dicótica, es decir uno en cada oído. Este tipo de técnica experimental pone de manifiesto ciertas propiedades de la atención, sus limitaciones (no puede recibir dos mensajes al mismo tiempo), y su carácter selectivo ( se puede procesar un mensaje y mantener el otro sin procesar). Paradigma de seguimiento (Cherry, 1953): Se colocaban auriculares a un sujeto experimental, al cual se le presentaba mensajes grabados previamente. Los dos mensajes no se presentaban en forma sucesiva, sino que solapaban temporalmente. El sujeto era instruido previamente en el sentido que debía seguir uno de los mensajes, repitiéndolo a medida que lo escuchaba (mensaje relevante) mientras que el otro debía ser ignorado (mensaje irrelevante); los sujetos después de la recepción del doble mensaje, repetían sin dificultad el mensaje relevante, sin embargo el mensaje irrelevante parecía perderse totalmente. El segundo paradigma experimental fue desarrollado por el propio Broadbent (1954), y se conoce como la técnica de amplitud de memoria dividida. Se trata de una variante de los experimentos sobre memoria inmediata, en la que el material se fracciona en dos partes que se presentan dicóticamente y de modo simultaneo. Por ejemplo: el sujeto podrá recibir en el oído izquierdo los dígitos, 7, 2, 3, y al mismo tiempo en el oído derecho, 9, 4, 5, a una velocidad de dos dígitos por segundo. Lo verdaderamente interesante es que no recordaron los ítems en su orden real de presentación sino que los agruparon por canales, es decir que recordaban primero los de un oído y después los del otro. Un tercer experimento presentado por Broadbent de amplitud de memoria partida, varío sistemáticamente la velocidad de presentación de los ítems según 3 condiciones; a) 2 dígitos por segundo, b) un dígito por segundo, c) a dígito cada 2 segundos. Los resultados muestran una gran dificultad en la realización de la tarea en las condiciones de a y de b, pero un rendimiento casi perfecto cuando el ritmo de presentación disminuye a un dígito cada 2 segundos. Los sujetos recuerdan los dos mensajes recibidos pese a un solapamiento temporal; no existe nada semejante al proceso selectivo detectado por Cherry en los experimentos de seguimiento. En segundo lugar los sujetos recuerdan la información agrupada por canales y tiene dificultades de recuperarla en su secuencia temporal. En tercer lugar solo cuando la velocidad de presentación se hace muy lenta (1 ítem cada 2 segundos), es posible el recuerdo de los ítems en su orden temporal. El modelo: Broadbent desarrolló un modelo de atención basado en la teoría de la comunicación que en su época estaba vigente. Cuando el organismo se encuentra en el medio recibe simultáneamente varios mensajes sensoriales a través de los sentidos. Toda esta información concurrente se procesa inicialmente en paralelo a nivel periférico, y se retiene transitoriamente en la memoria sensorial. Al nivel de procesos centrales más complejos (análisis categorial o semántico de la información), Broadbent estima que la mente puede considerarse como un canal único de capacidad que solo puede procesar un mensaje cada vez, es decir, que opera secuencialmente. Dado que las entradas o canales sensoriales son múltiples, el canal central está expuesto a una sobrecarga de su capacidad, con la correspondiente pérdida de eficacia. Para evitar esto, existe un filtro selectivo que elige un fragmento del flujo sensorial y le da exceso al canal central, mientras que el resto de la información no relevante se pierde.La transición del filtro de un evento o mensaje a otro no es instantánea sino que se ha estimado que requiere unos 2 segundos.
Modelo de filtro atenuado (Treisman)
Treisman recopiló y desarrolló por sí misma cierto número de experimentos que resultan incompatibles con el modelo de filtro rígido. La tarea primaria consistía, al igual que en los estudios convencionales, en repetir uno de los dos mensajes a medida que lo recibían en un oído, pero debían realizar otra tarea adicional consistente en detectar una letra que podía ser pronunciada en cualquiera de los oídos. Treisman propone en consecuencia que el filtro es un mecanismo de atención de todos los mensajes. El filtro no es de todo-nada, ya que permite un análisis del mensaje irrelevante al menos cuando éste es físicamente discriminable en relación con el mensaje principal. El mecanismo central de atención limitada distribuye su capacidad entre todos los mensajes, sin embargo, el mensaje relevante recibe un tratamiento especial en el filtro, ya que traspasa éste con la máxima intensidad, mientras que el resto de los mensajes al superar el filtro son atenuados para no sobrecargar el mecanismo central de procesamiento.
La selección de información visual: Los ojos desempeñan un papel activo ante el medio visual. Mediante sus movimientos sacádicos verticales y horizontales, o la acomodación del cristalino a diferentes planos de profundidad, se produce una selección periférica de información.
Las sucesivas impresiones retinianas que se forman en los receptores visuales constituyen una selección de lo que el sujeto decide ver. Debido a ésta selección periférica, y a las características de la propia información, en nuestra experiencia visual habitual no es frecuente que se den varios mensajes fundidos o superpuestos, ni que el sujeto se vea forzado a realizar un filtro central de uno de los mensajes. Tampoco es frecuente que el mensaje recibido por uno de los ojos sea totalmente diferente al del otro ojo, por estas razones la experiencia visual es muy diferente de la auditiva en la cual si se dan mensajes dicóticos y mensajes temporalmente solapados. Neisser y Becklen, 1975 realizaron un experimento en donde los sujetos recibían dos episodios visuales simultáneos previamente grabados en videotape. Los dos episodios se presentaban a los sujetos según dos condiciones experimentales: a) presentación binocular en la que el sujeto miraba con sus dos ojos a un espejo en que se presentaban superpuestas las imágenes; b) presentación dicótica en la que mediante dos monitores y un juego de espejos se presentaba un episodio en cada ojo. La selección visual es una operación que ha sido hallada incluso en niños de 4 meses, por lo que resulta difícil atribuirla a aprendizaje. La selección de información es un proceso central que tiene lugar ante estímulos visuales como auditivos.
Modelos de filtro postcategorial
Los modelos de filtro rígido y de filtro atenuado coinciden en considerar el filtro como un dispositivo precategorial que opera en los momentos iniciales del procesamiento inmediatamente después del registro sensorial. Solo aquella información que atraviesa el filtro recibe un procesamiento privilegiado por parte del dispositivo central, que realiza análisis de características de los mensajes seleccionados. ¿Cómo es posible seleccionar un input de entre otros concurrentes, a menos que se analicen todos ellos? Cuando los mensajes dicóticos son tales que se puede construir una palabra coherente eligiendo alternativamente una sílaba de uno y otro canal, los sujetos son capaces de repetir las palabras significativas en lugar de las series de sílabas inconexas presentadas en cada canal, es decir, la selección de los mensajes no se realiza por canales sino siguiendo criterios semánticos. Los modelos de filtro postcategorial tienen las siguientes características operativas: 1) Los mensajes o señales procedentes de las vías sensoriales se registran o almacenan momentáneamente en el almacén sensorial; 2) a continuación todas estas señales se procesan en paralelo en un sistema analizador. En este caso es más preciso describirlo como una serie de canales que analizan simultáneamente varios mensajes; 3) solo después de superar el estadio anterior opera el filtro; 4) por último el mensaje seleccionado se recoge en la memoria a corto plazo o mecanismo central de atención.
El modelo de Deutsch y Deutsch (1963)
Es el primer modelo de filtro poscategorial, las señales sensoriales (A,B,C,D, ver diagrama) son procesadas por el analizador, que extrae sus características (Ca1, Ca2, etc.) y se transforman en las señales (A´, B´, C´, D´,, E´). El selector evalúa estas señales y selecciona aquella que tiene un nivel más alto de relevancia y la transmite a la memoria activa o atención. La señal de mayor altura o relevancia corresponde a B´ que es la que mueve el nivel del selector hasta su propia altura.
El modelo de Norman (1968)
Norman elabora un modelo atencional bastante más articulado, dedicado especial esfuerzo al mecanismo analizador y haciendo intervenir activamente los mecanismos de memoria; consistiendo dicho análisis en la activación de ciertas representaciones almacenadas en la memoria: Ri, Rj, Rk,. El análisis de señales consiste por tanto en operaciones de apareamiento entre las señales y ciertas huellas almacenadas en la memoria, lo cual sugiere un proceso de reconocimiento. La pertinencia es un mecanismo endógeno que genera, independientemente de las entradas sensoriales, ciertas señales que activan las representaciones en la memoria. Dichas representaciones corresponden a las expectativas de futuros inputs o al esquema contextual generado por los inputs seleccionados anteriormente. El mecanismo de pertinencia opera en tiempo real, es decir simultáneamente al análisis de los mensajes sensoriales. La selección no es por tanto un mecanismo basado únicamente en la intensidad de las señales sensoriales analizadas, sino que es sensible también al sesgo establecido por el propio sistema cognitivo (pertinente). Es decir, la selección de un mensaje depende de la conjunción de sus características sensoriales y de las expectativas del propio organismo. Los modelos de filtro poscategorial llevan algunas consecuencias importantes. Existe según ellos un procesamiento o análisis de los estímulos que no está sujeto a las limitaciones de capacidad de los mecanismos atencionales. Dicho análisis se realizan en paralelo sobre todas las señales o mensajes sensoriales. Los procesos de análisis previos al filtrado pueden concebirse como una serie de operaciones automáticas que no utilizan la capacidad limitada de la atención. Solo ciertos procesos cognitivos más complejos requieren un procesamiento controlado en la memoria activa, y es en nivel en el que los recursos limitados de nuestra atención imponen severas restricciones
Críticas al modelo de filtro.
Las diferencias más sustantivas entre estos modelos radican tanto en el modus operandi del filtro (rígido vs. Atenuado), como el locus de dicho dispositivo dentro del esquema lineal de procesamiento ( filtro precategorial vs. Poscategorial). Sin embargo en ninguno de los modelos anteriores se pone en tela de juicio el propio constructo filtro. El argumento organicista, pese a su aparente rigor, no pasa de ser una metáfora o analogía computacional que puede conducir a errores. Según Neisser la codificación es un proceso activo, no una mera recepción pasiva de información, cuando un sujeto atiende a un mensaje, la percepción del mismo es un proceso constructivo en que el sujeto elabora un esquema anticipatorio que guía la entrada de información. Percibir es una acción cíclica en que se coordinan los esquemas y expectativas con las entradas de información. Los esquemas determinan que aspectos de la información sensorial se procesan y las señales sensoriales contribuyen a mantener o modificar el esquema. Para Neisser los sujetos perciben fragmentos de información visual que es congruente con sus expectativas o esquemas y el resto de las señales sensoriales simplemente no se recoge. Los procesos de selección de información no requieren en realidad ninguna estructuración específica. Si la selección de información resultase exclusivamente de procesos guiados por los datos, efectivamente se requeriría un mecanismo de filtrado para proteger el canal central de una sobrecarga. Los llamado procesos guiados conceptualmente o de arriba-abajo se caracterizan por estar por estar controlados por las expectativas o esquemas anticipatorios del sujeto. La selección de un menaje para un procesamiento central puede ser el resultado de la congruencia entre las expectativas y las características de un fragmento de información del input. Por ejemplo: si estamos realizando una tarea manual y necesitamos recortar papel, cuando dirigimos nuestra mirada sobre la mesa atestada de objetos, casi inmediatamente hallamos la tijera que necesitamos. El fragmento de información visual correspondiente a la tijera ha sido seleccionado gracias a la congruencia de la propia información visual (análisis de arriba-abajo) y nuestro esquema anticipatorio, probablemente una imagen mental (proceso de arriba-abajo). La selección puede producirse por una congruencia entre los mensajes sensoriales y las expectativas. Por ejemplo, imaginemos que un día abrimos la puerta de nuestro cuarto de estudio e inmediatamente nos damos cuanta de que la mesa de abajo no está. Lo interesante es la rapidez con que la ausencia de la mesa llama nuestra atención, la explicación es que tenemos un esquema anticipatorio de nuestro cuarto que comprende cierto número de objetos familiares con ciertas relaciones espaciales entre ellos, y dicho esquema se activa cuando abrimos la puerta y esperamos una pauta visual que incluye la mesa en cierta posición. La disparidad entre el esquema anticipatorio y la información visual lo que produce la alerta atencional.
Modelos de recursos limitados
Las nuevas concepciones teóricas parten de planeamientos experimentales y formales diferentes de los modelos tradicionales de filtro, el tipo de fenómenos atencional es distinto, ya que se abandona el paradigma de escucha dicótica y se sustituye por los de atención dividida o de doble tarea. El énfasis de las nuevas investigaciones no recae ya en los fenómenos receptivos, sino en los límites atencionales en la realización de la tarea. En segundo lugar, se abandonan los modelos estructurales de la atención a favor de concepciones funcionales más flexibles inspiradas en conceptos económicos. En tercer lugar estudian las limitaciones de la atención más que sus propiedades selectivas. Su poder explicativo y la multitud de nuevas hipótesis que han surgido a partir de este modelo han servido para revitalizar el interés de los psicólogos por los procesos atencionales.
Paradigma de atención dividida
Básicamente este nuevo enfoque experimental se pide a los sujetos que realicen dos tareas más o menos simultáneas, y el grado de deterioro en el rendimiento de una de ellas se considera como un indicio de la demanda de atención de la otra tarea. Es interesante destacar que la atención en este tipo de habilidades ejecutivas no impone una selección rígida como en los procesos receptivos, es decir, que de hecho podemos realizar frecuentemente dos tareas al mismo tiempo. Ante la posibilidad de realizar dos tareas al mismo tiempo como caminar y conversar con un amigo, normalmente realizamos ambas tareas con fluidez, pero si nos piden que realicemos una multiplicación mental probablemente nos detengamos. La tarea de cálculo exige tal esfuerzo de atención que interfiera con la tarea secundaria. Se puede concluir que la realización simultánea de dos tareas es posible cuando ambas tiene una baja demanda de atención, pero cuando se incrementan las demandas atencionales de una de ellas, se produce un deterioro en la realización de la otra. Ello indica claramente que las dos hacen uso de los mismos recursos. Los estudios de atención dividida o de doble tarea constituyen un instrumento de análisis empírico que permite establecer inferencias sobre las limitaciones de la atención o bien sobre las demandas atencionales de las tareas. Las teorías derivadas de estos paradigmas consideran la atención como un sistema de recursos limitados que se distribuyen entre las tareas u operaciones mentales concurrentes. Existen diferentes versiones del paradigma de atención dividida, resultantes de las tares particulares que eligen los investigadores para su estudio. En algunos casos la tarea primaria es una carga de memoria y la tarea secundaria una tarea de elección múltiple o de clasificación. En todos los casos se espera obtener una relación funcional entre las variables manipuladas en la tarea principal y el rendimiento en la tarea secundaria.
El modelo de Kahneman: recursos centrales
Los modelos de filtro asumían la existencia de una estructura central que no podía procesar más que un mensaje por unidad de tiempo. Las teorías de recursos limitados prescinden de las estructuras atencionales, o al menos las relegan a un papel secundario. Una razón obvia es que la noción de filtro es innecesaria para interpretar los experimentos de atención dividida ya que estos no se observa ningún tipo de selección de información desde el momento en que las personas pueden realizar dos tareas simultáneas. Estos recursos atencionales se distribuyen entre las estructuras y procesos en función de las demandas. La atención es análoga a un combustible, y las estructuras empeñadas en la ejecución de tareas, son semejantes a los motores que consumen el combustible.
Kahneman (1973) elaboró el primer modelo de capacidad atencional limitada, cuya influencia en las investigaciones actuales es comparable a la del modelo de filtro de Broadbent. Las operaciones que realiza el procesador implican la motivación de una serie de estructuras. La política de distribución es el dispositivo operativo encargado de administrar los recursos disponibles de forma selectiva y ponderada entre las estructuras de procesamiento. La política de distribución depende de varios factores: 1) disposiciones duraderas, relativas a las reglas que gobiernan la atención involuntaria. 2) Intenciones momentáneas, relativas a los esquemas o criterios selectivos activados en un momento dado; 3) evaluación de demandas que permite establecer el consumo relativo de recursos atencionales de cada tarea o proceso. 4) El arousal o activación varía de unos individuos a otros (por ejemplo: los introvertidos tienen el nivel más alto de arousal que los extravertidos) y en un mismo individuo según las situaciones o la etapa de su vida. El arousal tiene una relación compleja con la capacidad atencional; con niveles de arousal o de stress bajos, los recursos de atención parecen aumentar a medida que se incrementa el arousal. Pero a partir de cierto punto la relación se invierte, y los nuevos incrementos de arousal producen una disminución en los recursos atencionales disponibles. Existe una vieja hipótesis todavía vigente que permite interpretar las relaciones entre arousal y atención. El arousal produce un estrechamiento del foco de la atención sobre un número cada vez menor de índices de tarea, este estrechamiento es selectivo a favor de la información interna y central. Los instructores de actividades de gran stress o deportes peligrosos conocen implícitamente este fenómeno y dedican gran empeño en proporcionar a los estudiantes un sobreaprendizaje de los comportamientos de emergencia. La razón es la siguiente, en situaciones de gran stress o arousal los individuos no están en condiciones de pensar y tomar decisiones consecuentes ya que su capacidad atencional está mermada, por tanto es preciso que dispongan de un repertorio de rutinas automatizadas que se realice eficazmente sin consumir atención. El arousal es un constructo Psicofisiológico, Kahneman señala las variaciones en el tamaño de la pupila y el ritmo cardíaco como dos parámetros sensibles a los cambios en el nivel de arousal.
Los correlatos psicológicos de arousal son la capacidad atencional disponible y el esfuerzo. En niveles bajos y moderados de arousal, la atención y el esfuerzo son paralelos; el tamaño pupilar y el ritmo cardíaco, pueden considerarse índices indirectos de los recursos y el esfuerzo atencional. En cuanto al procedimiento de medida de consumo atencional, Kahneman propone el paradigma de doble tarea que hemos descrito anteriormente. El grado de interferencia entre dos tareas concurrentes es un indicio del consumo atencional de una de ellas. La interferencia puede ser de capacidad, cuando las dos tareas compiten únicamente por los recursos centrales. Pero también existe una interferencia estructural resultante de que ambas tareas compitan por alguna estructura perceptiva o motriz.
Modelo de Norman y Borrow: procesos limitados por los datos y limitados por los recursos
La ejecución de un proceso determinado requiere cierto input, y un suministro de recursos atencionales (o esfuerzo); pero a esto añaden que la propia calidad de los datos del input es determinante de los límites en la actuación. La distinción entre ambos tipos de procesos se puede hacer operacional. Si los incrementos en los recursos dirigidos a una tarea mejoran el rendimiento, nos hallamos ante un proceso limitado por los recursos.
En ocasiones la adición de recursos no produce mejoras apreciables del rendimiento; solamente las propiedades sensoriales de los datos afectan a este, en cuyo caso se trata de un proceso limitado por los datos. La relación entre recursos y rendimiento para una tarea particular en una cuestión empírica. La distinción entre procesos limitados por los datos y limitados por los recursos arroja luz sobre los patrones de interferencia observados entre tareas recurrentes. A veces la interferencia es simétrica, es decir, la presencia de la tarea A deteriora el rendimiento en la tarea B y viceversa. Pero también existen tareas asimétricas. La simetría indica que las dos tareas concurrentes operan en las áreas limitadas por recursos; la asimetría en la interferencia supone que una de las tareas está limitada por los datos y la otra por los recursos (la no interferida y la interferida, respectivamente).
Modelo de Navon y Gopher: multiplicidad de recursos.
El modelo de Navon y Gopher prescinde del canal o estructura central formulado por Kahneman, por considerarla inviable y la sustituye por un pool central de recurso, pero admite en cambio estructuras o canales específicos.
Navon y Gopher llevan la transformación del viejo modelo estructural hasta sus últimas consecuencias al sustituir los múltiples mecanismos por múltiples recursos. Cada tarea particular posee una composición optima de recursos específicos, mientras que otros recursos resultan irrelevantes. Por ejemplo: la tarea X, puede requerir 2 unidades de capacidad de memoria a corto plazo, 1 unidad de almacenamiento visual y 3 unidades del mecanismo selector de repuesta; al tiempo, los recursos de memoria acústica, y razonamiento verbal pueden ser irrelevantes. Los patrones de interferencia entre dos tareas concurrentes dependen de sus respectivas composiciones de recursos. La concepción de Navon y Gopher han articulado en torno de la atención una compleja teoría económica. Navon y Gopher ofrecen un análisis un tanto especulativo, especialmente en relación a sus aportaciones más novedosas, además no es fácil apreciar ventaja alguna en desintegrar el mecanismo central de recursos atencionales en multitud de sistemas.
PROCESOS AUTOMÁTICOS Y PROCESOS CONTROLADOS
El propio sistema cognitivo dispone de medios para contrarrestar en alguna medida las limitaciones de atención. Los procesos automáticos al contrario que los controlados, no consumen atención y por tanto pueden realizarse de modo simultáneo a otros procesos sin apreciarse apenas interferencias. Principales rasgos diferenciales entre los procesos automáticos y controlados
AUTOMÁTICOS
Escaso consumo atencional
n Se adquieren mediante el aprendizaje
n Una vez adquiridos son difíciles de modificar
n No requieren esfuerzo conciente
n Se realizan eficazmente en situaciones de arousal elevado y disminución de recursos atencionales
n Producen relativamente poca interferencia en situaciones de doble tarea
n Suponen economía cognitiva en tareas rutinarias
CONTROLADOS
n Consumen atención
n No son rutinas aprendidas
n Son flexibles y se adaptan a situaciones novedosas
n Son concientes y van acompañadas de la impresión subjetiva de esfuerzo
n Pierden eficacia en situaciones de arousal elevado
Características de los procesos automáticos
Son procesos libres de demandas atencionales. Los automatismos son el resultado de un aprendizaje bastante laborioso, en la mayoría de los casos se adquieren como consecuencia de la repetición frecuente de una tarea o proceso que inicialmente requería atención controlada. Una vez adquiridos, los procesos automáticos son difíciles de modificar, por ejemplo:, una mecanógrafa profesional que ha alcanzado un nivel alto de automatismo tendría enormes dificultades para escribir con fluidez en una maquina cuya disposición de las letras fuese diferente de lo habitual. Un sistema cognitivo de recursos limitados trabaja de modo más eficiente cuando algunas operaciones básicas de uso frecuente se realizan sin consumo de recursos atencionales, quedando éstos disponibles para operaciones menos frecuentes.
Características de los procesos controlados
Los procesos controlados también denominados procesos concientes o procesos con refuerzo, son operaciones que consumen atención. Esto se puede apreciar, por su limitación, en los estudios de atención dividida en los que el sujeto debe realizar 2 tareas simultáneas; cuando se produce interferencia entre ellas, se puede inferir que ambas tareas son controladas y demandan atención de la misma fuente de recursos limitados. Los procesos controlados son especialmente adecuados para enfrentarse a situaciones novedosas y relativamente problemáticas para las que no existen rutinas automatizadas.
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